De pájaros, silencios y eternidades

A Lina Tur Bonet, bartokiana, vivaldiana, intemporal

Boethius. «De música»

Un poeta místico de la categoría de Hafez afirmaba que el alma era música: de ser ello así, también debiera ser silencio. Pero, y dado que la música (al igual que el lenguaje) es sonido articulado, también debiéramos imaginar el silencio como la (inimaginable) posibilidad de un tiempo igualmente articulado, divisible en segmentos unitarios capaces de combinarse unos con otros para trazar células, frases, formas complejas organizadas a partir de un material primigenio y reconocible. Tal vez nuestra incapacidad para reconocer eso que Boecio denominase Musica Mundana, la silenciosa música de las esferas, se deba a nuestra sordera para percibir el ritmo, profundo y primordial, del Tiempo.

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